Gloria Fuertes
Este poema es un canto al amor devoto y a la obsesión poética. La autora, conocida por su lenguaje directo y humanista, utiliza la sencillez para expresar un sentimiento profundo y nos invita a contemplar la belleza de la devoción.
El tema central es la fusión de la identidad del ser amado con la de la poeta, donde el nombre se convierte en la esencia misma de la persona y en el centro de su universo. El nombre del amado se eleva a la categoría de símbolo, de mantra, de verdad universal.
La poeta asume con orgullo la “locura” que le provoca este amor, una locura creativa y vitalista que persistirá más allá de la muerte. Gloria Fuertes nos demuestra que la poesía no necesita de grandes artificios para hablar de los sentimientos más complejos; a veces, basta con seis letras para decir tanto.
Cuando te nombran,
me roban un poquito de tu nombre;
parece mentira,
que media docena de letras digan tanto.
Mi locura sería deshacer las murallas con tu nombre,
iría pintando todas las paredes,
no quedaría un pozo
sin que yo asomara
para decir tu nombre,
ni montaña de piedra
donde yo no gritara
enseñándole al eco
tus seis letras distintas.
Mi locura sería,
enseñar a las aves a cantarlo,
enseñar a los peces a beberlo,
enseñar a los hombres que no hay nada,
como volverme loca y repetir tu nombre.
Mi locura sería olvidarme de todo,
de las 22 letras restantes, de los números,
de los libros leídos, de los versos creados.
Saludar con tu nombre.
Pedir pan con tu nombre.
—siempre dice lo mismo— dirían a mi paso, y yo, tan orgullosa, tan feliz, tan campante.
Y me iré al otro mundo con tu nombre en la boca,
a todas las preguntas responderé tu nombre
—los jueces y los santos no van a entender nada—
Dios me condenaría a decirlo sin parar para siempre.