Inmaculada de Miguel
El poema “La muerte fue en Collioure” nace del deseo de rendir homenaje a Antonio Machado, uno de los más grandes poetas de la literatura española, recordando las circunstancias que rodearon sus últimos días: el exilio, la enfermedad, la pobreza digna y el profundo desarraigo con que abandonó su tierra en los años finales de la Guerra Civil. Su muerte, ocurrida el 22 de febrero de 1939 en la pequeña localidad francesa de Collioure, representa no solo la pérdida de un hombre, sino el símbolo de una generación herida y dispersa.
Este poema ha sido concebido desde el respeto y la admiración profunda hacia su figura humana y literaria. Se trata de un modesto intento de evocarlo con las herramientas de la poesía, y, en particular, de hacerlo siguiendo la estela de uno de los textos más conmovedores del propio Machado: “El crimen fue en Granada”, elegía dedicada a la muerte de Federico García Lorca.
Con humildad —y con plena conciencia del atrevimiento que implica— se ha tratado de imitar la estructura formal y espiritual de aquel inimitable poema: el tono grave y contenido, la división en tres partes claramente diferenciadas, y sobre todo, esa mezcla de narración, lirismo y homenaje que caracteriza el texto original.
El poema “La muerte fue en Collioure” se estructura en tres partes:
Primera parte: “El poeta en el exilio”. En esta primera sección se recuerda el tránsito final de Antonio Machado: el viaje forzado al exilio, la llegada a Collioure, el frío, la enfermedad y la muerte. Se evoca su figura con sobriedad, destacando la dignidad con la que enfrentó el final de su vida, acompañado por su madre, también moribunda. Es un retrato sobrio de un final sin consuelo, lejos de su patria, pero lleno de dignidad.
Segunda parte: “El poeta y Leonor”. De tono más íntimo y emotivo, introduce un diálogo imaginado entre el poeta y su esposa Leonor, fallecida años atrás, presente en muchos de sus versos. En ese reencuentro final, se sugiere que Leonor acude para acompañarlo en su último viaje, en una escena llena de ternura y trascendencia.
La tercera parte, sin título, es una invocación final al recuerdo y a la memoria colectiva para que no se olvide su poesía, ni su exilio, ni su muerte. Se pide que su tumba sea un símbolo de su obra viva y de su legado eterno.
Aunque este poema no aspira a compararse con “El crimen fue en Granada”, ni a alcanzar su perfección formal o su intensidad emocional, ha sido escrito con la mayor honestidad posible, como un intento de hacer presente —en el aula, en la lectura, en la palabra— la figura de Antonio Machado.
En definitiva, este trabajo es un gesto de recuerdo y gratitud. Un atrevimiento poético, sí, pero también un acto de respeto profundo hacia su persona. Porque recordar su vida, su obra y su triste final fuera de España es también una forma de traerlo de vuelta —aunque sea por un momento— a la tierra que tanto amó.
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Estos días azules y este sol de la infancia…
I
EL POETA EN EL EXILIO
Se le vio, con la madre ya sin fuerza,
llegar a tierra extraña,
cruzar la sierra helada,
con paso lento y voz ya desgastada.
Murió don Antonio Machado
cuando la guerra callaba.
Dormía en cama prestada,
llovía y nadie cantaba.
La patria quedó lejana,
la pena no descansaba.
Murió sin ver su tierra,
—con frío en la carne y fiebre en el alma—
… Que fue en Collioure la muerte,
sabed —¡fuera de España!—, ¡de su España!
II
EL POETA Y LEONOR
Se le vio caminar solo en la bruma,
sin miedo a su nostalgia.
—Ya el sol al otro lado de los montes
temblaba en la ventana.
Hablaba Antonio entonces,
con la voz quieta y clara.
«¿Vienes, Leonor querida?
¿Cruzas la noche larga?
Te esperé en los álamos del Duero,
En tu Soria añorada
y en mis poemas tristes
fuiste sombra y esperanza.
Hoy que se va mi vida,
vuelves de blanca estampa.
Abrázame en silencio,
sin rezos ni campanas.
Que sólo tú me bastas,
mi amor, mi niña, mi amada…»
III
Se le vio caminar…
Recitad, amigos,
por todos los rincones de su Patria,
los versos del poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
la muerte fue en Collioure, fuera de España!