¿Que cuántos años tengo?

José Saramago

Poema atribuido a José Saramago. 

El poema “¿Que cuántos años tengo?” es ampliamente atribuido a José Saramago, aunque no existe evidencia clara o documentación oficial que respalde que el premio Nobel portugués sea su autor. En realidad, el estilo y el contenido del poema difieren considerablemente del tono filosófico y político característico de Saramago, lo que hace improbable que sea de su autoría.

Este poema es un himno a la madurez y la libertad interior, donde la edad deja de ser un número para convertirse en un estado de plenitud. A través de un tono optimista y desafiante, el poema celebra el valor de la experiencia, el aprendizaje de los errores y la capacidad de vivir sin miedo a lo que dicta la sociedad sobre la edad.

El autor reivindica la importancia de seguir soñando, amando y creciendo a cualquier etapa de la vida. Las imágenes del fuego apasionado y el remanso tranquilo simbolizan que cada momento tiene su propia intensidad y belleza. Asimismo, el poema desafía las normas que limitan a las personas según su edad, recordando que la verdadera medida de la vida está en la actitud y los anhelos alcanzados.

Este texto nos invita a reflexionar sobre el envejecimiento como un proceso liberador, donde la serenidad se mezcla con la fuerza de los sueños. La edad, lejos de ser una barrera, se presenta como una oportunidad para vivir con autenticidad, priorizar lo esencial y disfrutar sin miedo. Es una afirmación de que la plenitud no reside en la juventud, sino en abrazar el presente con pasión y gratitud.

Según pasa el tiempo vamos haciendo verdad la frase: “Tengo los años necesarios para perder ya el miedo y hacer lo que quiero y siento”.

Alguna ventaja tendría que tener haber nacido hace mucho… Vamos cumpliendo años pero nuestro espíritu no tiene por qué estar acorde con nuestra edad.

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Comentarios destacados a este poema en YouTube:

  • Bellísimo
  • Precioso el poema. Preciosa tu entonada voz.
  • Precioso el remanso de paz q acompaña a tu declamación.
  • Qué bonito y que bien recitado!!!! Las imágenes estupendas, como siempre, pero las de las manos, geniales!!! Qué serenidad….
  • Estupendo como siempre, Inma. No lo conocía y me ha gustado mucho. Un placer oírte

¿Que cuántos años tengo?
¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido…
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo
otros “que estoy en el apogeo”.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir:
¡Estás muy joven, no lo lograrás!…
¡Estás muy viejo, ya no podrás!…
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras… es un remanso de paz, como el atardecer en la playa..
¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas…
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos
¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso!… ¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!
Qué importa cuántos años tengo.
o cuántos espero, si con los años que tengo,
¡¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!!

 

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