Tomás tiene hijos y nietos, una mujer estupenda y una granja próspera. Sabe construir una valla de troncos, hacer una mesa de madera, cultivar la tierra, reconocer las huellas de los animales y cocinar, pero hay algo en su vida que echa en falta.
-Quiero aprender a leer- le dice a su mujer.
-Pues aprende- le contesta ella.
Así pues, Tomás va a la escuela. Enseña a los niños y a las niñas a imitar el graznido de la oca, y a la maestra le enseña cómo se hace la mermelada de manzana. Él aprende a leer y a escribir y lo comparte con su mujer.
Una conmovedora historia sobre amar y aprender.
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