Rosalía de Castro
Es la triste despedida de una emigrante que como muchos paisanos suyos está a punto de embarcar hacia América. Siente una gran nostalgia, va despidiéndose de todos y cada uno de los elementos de la naturaleza de su querida tierra que han formado parte de su vida. En la segunda mitad del XIX y en la primera mitad del XX muchos gallegos se vieron forzados a emigrar de su tierra.
Traducción al castellano, con todo el respeto que se merece, del poema “Adiós ríos, adiós fontes“ con la idea de hacer llegar a los no gallegohablantes los maravillosos versos en los que muchos gallegos se han visto o se ven todavía reflejados.
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Adiós, ríos; adiós, fuentes;
adiós, arroyos pequeños;
adiós, vista de mis ojos,
no sé cuándo nos veremos.
Tierra mía, tierra mía,
tierra donde me crié,
huertecilla que amo tanto
higueruelas que planté.
Prados, ríos, arboledas,
pinares que mueve el viento,
pajarillos piadores,
casita de mi contento.
Molino entre los castaños,
noches claras de lunar
campanas repicadoras
de la iglesia del lugar.
Moras negras de las zarzas
que le daba yo a mi amor,
caminos entre maizales,
¡adiós para siempre adiós!
¡Adiós, gloria! ¡Adiós, contento!
¡Dejo casa en que nací,
dejo aldea que conozco
por un mundo que no vi!
Dejo amigos por extraños,
dejo vegas por el mar,
dejo en fin, cuanto yo quiero…
¡quién pudiera no dejar!
Adiós, adiós, que me voy,
hierbas de mi camposanto
donde padre se enterró,
hierbas que he besado tanto,
mi tierra que nos crió
Ya se oyen lejos, muy lejos
campanas del manzanal;
para mí, ¡ay, desdichada!
nunca más han de tocar.
¡Adiós mi tierra querida…
Adiós por siempre quizás!
Te digo este adiós llorando
desde la orilla del mar.
No me olvides, tierra mía
si muero de soledad
tantas leguas mar adentro..
¡Adiós mi casa!, ¡mi hogar!