Francisco de Quevedo
El poema es un hermoso soneto que explora la idea del amor eterno. En él, el poeta expresa que la muerte podrá cerrar sus ojos y liberar su alma de sus deseos terrenales, pero no podrá extinguir el recuerdo de su amor. A pesar de que su cuerpo se convierta en ceniza y polvo, el amor perdurará más allá de la muerte. El poema refleja la creencia en un amor inmortal que trasciende las limitaciones físicas y se mantiene vivo en el alma.
Reproducir el vídeo del Poema
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.